21.12.11

Si pagas más, es porque no te enterás



Hoy, he vuelto a hacer la compra en el Día.

Y no es el arranque que podría tener un monólogo del Club de la Comedia. Da igual que se trate del Día de Aluche que el de la avenida de Europa de Pozuelo de Alarcón, el concepto "destrucción desoladora" se ha arraigado bien como cultura.

Los precios son muy bajos, es indiscutible. ¿Pero a qué precio?
En Día, el cliente pierde parte de la libertad que tenía cuando entraba de la calle. Sin entrar en si el local está más o menos desordenado–más que menos–, la pérdida de tiempo que sufre el comprador esperando a que llegue alguien para cobrar o las serpénticas colas que se forman cuando solo una persona preside la caja, me parece degradante.

Creo que está demostrado que ser una buena marca que trata con estos productos, vamos a denominarlos low cost, es posible. En IKEA la gente va como de vacaciones, en McDonald's los niños ríen y juegan en el aire con sus juguetes del Happy Meal y en Primark las mujeres se ponen en modo Pretty Woman cumpliendo su deseo de consumir prendas al euro.
No obstante, las hay no tan maternales. Ryanair es el ejemplo a no seguir. Los dramas que provoca el aparato de tortura "medidor de maletas" en la cola de embarque amenazan diaria y matutinamente la vida emocional de muchas personas.

Caras largas por la tienda. La tienda en la que una ecuatoriana, verdaderamente sin ánimo de clasificar, con la que te has cruzado reponiendo papeles higiénicos, colocando cajas y entrando por una puerta, ahora te está preguntando "¿Tarjeta Día?". Los puestos con tareas polivalentes son menos productivos, no se concentra el esfuerzo ni se aprende realmente el funcionamiento de cada una de ellas y eso provoca un retraso en su realización. Ya no te acuerdas de la clave del almacén ni de la combinación de la caja, ¿verdad?
Un diseño o diferente manera de presentar para los productos, todos en general, sería dar una muy buena mano de pintura.

Pero estos cambios suponen una inversión que podría afectar a los precios. Y su fortaleza principal no puede desvanecerse. Pero como por el mismo hueco se saca y se mete, las ventas aumentarán a partir del momento en que la gente sienta que está en un buen ambiente, contento de estar haciendo la compra. Ciertas operaciones podrían desarrollarse en paralelo, como la venta de bolsas de tela.

Que no me demande Termomix pero para Día puede haber "un nuevo amanecer".
Me gustaría ver quién fue el que dio la vuelta a los bricks de leche antes de que la máquina les cayera encima. El tipo más creativo del Día.

Y no sin terminar con unas risas, ché, véanse este anunsio de Día en Argentiiina. ¡Si querés!



3.11.11

El becario es innecesario


El dinero no lo es todo. Por eso el becario es precario. Mísero pan con cebolla que acaba sabiendo a gloria.

Adam Smith no reparó en el becario-sicario. El que recibe órdenes y las ejecuta. "Ocúpate de esto. Y de esto. De esto otro también. Y vuelve a mí cuando hayas terminado".

El becario es inquieto, echao p'alante, aventurero, desesperado. El becario es un templario. Viaja a tomar por culo a por un supuesto Santo Grial. El Santo Grial de la oferta de empleo.

Muchos se quejan por la falta de experiencia de los recién licenciados y graduados. Terminan sus carreras, dispuestos a no ser mileuristas–objetivo mal logrado– y con créditos de sobra. "¡No doy crédito!", exclamó el pequeño Timmy, "una importante multinacional necesita de una persona flexible, que se adapte a los cambios, que esté dispuesto a desplazarse, que se deje la piel por la marca. Que sea rápido en sus acciones, que se adapte a las decisiones." ¿Lo ves? ¡El becario es necesario!
Necesario por no haber tenido aventuras laborales o empresariales durante los estudios, durante la Edad de la Energía, como consecuencia del prejuicioso miedo que conlleva caminar por la senda de la titulitis y los diplomas y esos cientos de páginas en libros que poco enseñan sobre cómo compaginar cuento de realidad.
¡Menos lea y más pasión!

Me meo en el CEO que dice crear empleo. ¿Y por qué los profesores no pueden tener asistentes universitarios? ¡La lucha contra la administración es ya una buena remuneración!

Adopta un becario, pero desde su más tierna infancia. El becario es necesario.

19.10.11

La utopía de la educación

En estos días de revoluciones e indignaciones unido a alguna que otra experiencia extranjera, me replanteo la misma pregunta: ¿Por qué no se dedicarán todos estos esfuerzos a redefinir el sistema educativo?
Aceptando que el problema lo vive especialmente la educación pública, ¿radica este problema en los profesores o en los alumnos? ¿Los alumnos se desentienden por la pobre o anticuada enseñanza recibidas por sus profesores o son los profesores los que no encuentran en los alumnos la motivación necesaria para dar una buena clase?
El debate está servido, a modo de "qué fue antes, ¿el huevo o la gallina?". Es un tema que empieza a obsersionarme, porque lo veo como la causa de todo lo malo y al mismo tiempo el remedio a todo ello.
El nivel de idiomas está por los suelos y el fracaso escolar es ya una expresión popular. Los estudiantes no se involucran con sus centros sino que huyen de ellos.
No obstante, no es una generalidad pues en las zonas con mayores rentas, donde bien es cierto que predomina la enseñanza privada, el nivel de formación es más elevado. Lo que me lleva a pensar que la educación en España funciona por burbujas. 




Planteemos una utopía, soñemos despiertos: ¿Qué ocurriría si desde que entramos en el colegio, con 4 años, estuviéramos rodeados de otros niños de distinta clase social y cultural? La misma macedonia que experimentamos cuando vamos a la universidad pública. Una efectiva manera de acabar con uno de los más serios problemas de nuestro país: los prejuicios. Se acabaría el sectorialismo al que estamos acostumbrados.
Niños del barrio de Vallecas que comparten pupitre con bienaventurados de La Moraleja es, a ojos de un adulto, cuestionable. Pero no lo será para el niño de 4 años pues sólo verá otros niños; llegará a casa y preguntará por qué Samuel es negro o por qué Fatima tiene un pañuelo en la cabeza. Ahí entrará la educación que reciben en casa, pues se impregnarán de los ideales y creencias de sus padres. Pero convivirán una gran parte del tiempo con todos esos compañeros. Crecerán juntos. Las diferencias serán mínimas desde el principio, sobretodo porque no serán prestadas con atención (la ropa, el móvil, el ordenador, la moto o el coche, etc).
Y al eliminar esos prejuicios –o al menos al suavizarlos en esa primera generación– se consigue todo lo demás. Y entre ese "demás" está otra de las soluciones a la crisis a la que nos enfrentamos: el emprendimiento.
No hay ideas porque no se suscitan en la escuela y el emprendedor, a mi modo de ver, no es un llanero solitario. Necesita vivir en un ambiente emprendedor, rodeado de ideas. ¿Por qué Palo Alto, CA es la meca de los emprendedores? Porque no están solos, hay muchos. Hay interacción, se trabaja en equipo y se aprende de los demás.
Un país es, al final y al cabo, lo que crea y produce. Si no creamos ni producimos buenos niños, buenos estudiantes, no crearemos empresas, luego no crearemos empleo. Y si las empresas, llevadas y creadas por personas, no aparecen, yo me pregunto: ¿a quiénes estamos creando?

6.10.11

Cómo ganar a Alberto Contador

La bici se está poniendo de moda en Madrid. Las bicis plegables se suceden por las tortuosas calles de la ciudad.
No hay carriles bicis, y los que hay lucen orgullosos sus socabones como los del barrio de la peseta o son utilizados como vía alternativa para los peatones.

 Carril bici de Las Margaritas–Universidad Carlos III

Aunque han hecho esfuerzos considerables para las dos ruedas como el anillo ciclista o Madrid Río, ¿continuará esta práctica o es efectivamente una moda? ¿Se llegará a adaptar el suelo urbano y veremos un día un carril de subida y otro de bajada a ambos lado de la Gran Vía?
No es fácil europeizar en este sentido una gran ciudad como Madrid. Las distancias son considerables y la coche-dependencia que se vive generalmente en nuestro país con respecto a nuestros vecinos no ponen las cosas fáciles.
Prueba de ello es la cara que se nos quedó la semana pasada en la estación de AVE de Segovia-Guiomar cuando nos prohibieron meter las bicis en el tren. Un tren que iba vacío. Literalmente.
O cuando pliegas tu bici y entras en un bus de la EMT y el conductor te prohíbe también la entrada. Sin hablar de los robos, bicis que terminan siendo
En efecto nuestras infrastructuras no están preparadas para esta oleada sobre ruedas porque nuestra mentalidad no lo está tampoco. Primero por la mencionada coche-dependencia pero también por una estúpida vergüenza o dígase prejuicio que parece imperar si vas montado en una bicicleta.
Y con ello corremos el riesgo de que la práctica biciclística no se adapte.

Una buena forma de moverse por Madrid es subido a lomos de una bici plegable. Para más información, consulta esta web de bicicletas plegables.



23.9.11

Petit Luberon: La Provenza Francesa



Los países mediterráneos tienen esa suerte con contar con lugares idílicos, lejos del barullo y del hormigón de la costa, normalmente masificados y descontextualizados. Italia y su Toscana, España y su Andalucía, Francia y su Provence. Sinónimos en belleza y bien diferentes en cultura.

Casi todas las tonalidades de verdes, amarillos y marrones. Casi todos los gustos saciados. No hay tiempo para las fotos, y todo el del mundo para encontrar un paraje solitario en el que bajarse del coche, la moto o la bici y disfrutar de un pic-nic. Por poner un ejemplo.
Si ya viste la película Un Buen Año (Ridley Scott, 2005) y te flipó el paisaje–que no la película en sí–, debes saber que está rodada en el Luberon.

A escasos 80 kilómetros al norte de Marsella (a la que llegas con Ryanair con la mayor de las facilidades) se encuentra este pequeño reducto: le Parc Naturel Régional du Luberon.
Entre las ciudades de Apt y Cavaillon se dispersan los preciosos pueblos que no puedes dejar de visitar, repito, ya sea en coche, moto o bici: Bonnieux, Lacoste, Gordes, Roussillon y su Route des Ocres, Ménerbes... Dicho sea de paso, es un viaje perfecto para hacerlo en buena compañía, ya me entiendes.
Podrás ubicarte un poco mejor con este mapa:



BONNIEUX

Me alojé durante una semana en este minúsculo pueblo a los pies del Petit Lubéron. En poco tiempo te haces con sus calles, sus comercios y dónde comprar el pan, los croissants y las quiches para las excursiones: le Festival des Pains. El olor te hará encontrar esta boulangerie.
Si tiramos la casa por la ventana, el restaurante L'Arôme–amigo de la Guía Michelin–ofrece menús por 29 y 41€ que son una delicia y sobretodo un derroche de originalidad y colorido en los platos que hacen del "bon appétit" más bien una "bonne dégustation".

RUTA EN MOTO

En el propio Bonnieux hay un garage de alquiler de scooters llamado LGF Motoculture (Avenue des Tilleuls, (+33) 06 34 47 08 16). El precio es de 40€ por moto y día con una fianza de 600€ por moto (que seguramente no te pedirán, tranqui).
Nuestro recorrido: Bonnieux-Lacoste-Ménerbes-Oppèdes-Corbières d'Avignon-L'isle sur Sorgue-Fontaine de Vaucluse-Lagnes-St Pantéléon-Goult-Bonnieux-Lourmarin. Lo cierto es que el itinerario poco importa. Lo que importa es perderse. Ahora bien, entre Bonnieux y Lourmarin hay una carretera, la Route d'Apt, que es sencillamente increíble. Seas o no un apasionado de la moto, es como montar en una atracción. 
Algo muy importante si tienes realmente curiosidad por moverte por la zona es ir a la Office de Tourisme de Bonnieux (rue Voltaire) para comprar el mapa del Petit Luberon (10,80€ muy bien invertidos).

MERCADOS

Algunos de los más famosos marchés en el Petit Lubéron, donde encontrarás quesos deliciosos, jabones de Marsella por doquier, tiendas de vinilos, puestos de innumerables especias... En negrita, los más reputados:

Lunes: Cadenet, Cavaillon, Fordclaquier, Laweis
Martes: Cucuveon, Gordes, Lacoste (mucha oferta de jabón de Marsella y Alep), La tour d'Aigues, St Saturnin
Miércoles: Bonnieux (gran colección de especias), Mérinde d'Apt
Jueves: Ansouis, Fontaine de Vaucluse, L'Isle dur la Sorgue (el más grande y famoso del Luberon), Beaumont de Perduis
Viernes: Bonnieux, Lourmarin
Sábado: Apt, Cheval Blanc, Oppède
Domingo: L'Isle sur la Sorgue

Bon voyage!


19.9.11

Volviendo a tocar los cojones

Tras un increíble año en Suiza, ha llegado la hora de volver a Madrid. De terminar con lo que empezamos y de seguir hablando de lo que se me pasa por la cabeza o delante de mis ojos.
Una de los puntos fuertes de salir al extranjero es que ves cómo pinta tu país desde lejos, cómo es percibido por ojos ajenos y foráneos y finalmente cómo uno lo acaba percibiendo. Por ello, y ahora que me creo capaz de compararlo, intentaré retomar Enredado desde un punto de vista más crítico en este sentido. No es mi intención la de despotricar contra España o la de intentar compararla con Suiza–una comparación la mar de jodida, todo sea dicho– sino de intentar identificar lo que para mí son debilidades y tratar de proponer soluciones. A cualquier nivel. Consciente soy ya de que caerán en saco roto pero me conformo con obtener comentarios y algo de feedback de los que lean estas líneas.
Y empezaré con lo primero con lo que me he reencontrado: el abono joven de transportes.


No es que no me acordara que "entre 10 y 15 días" puedo ir a recoger mi abono Joven al estanco, es que me parece sencillamente, una estupidez. No sólo estás esperando una fecha que lejos queda de ser exacta, sino que no se nos proporciona ningún tipo de abono provisional para la espera.
¿Cuánto valen 15 días de transporte en Madrid? Pondré mi ejemplo. El tren de todos los días de la semana hacia Las Margaritas, ida y vuelta tiene un precio por trayecto de1,50€; luego 3 x 5 = 15€ por semana para ir a la universidad. A lo que hay que sumar fines de semana, pongámosle una media de 4 viajes en metro y otros 4 en autobús: 1,50 x 8 = 12€. En total, 27€ en 7 días. Pero no nos alarmemos ya que el abono estará disponible "entre 10 y 15 días". Se dobla casi el precio del abono transporte mientras lo esperamos.
Pero aún hay más. Te piden que seas previsor y que te lo hagas con estas dos semanas de antelación para, una vez en mano, comprar el billete del mes que entra. ¿Y si no te queda más remedio que hacértelo a principios de mes? ¿Hay que adquirir un billete para medio mes, con el mismo valor que el del mes entero, sumándole además los gastos de espera?
No es cabreo, es rabia de que esté tan mal programado. Y para más inri estamos hablando del abono transporte para jóvenes, esos Warren Buffet de la sociedad española.
Tenemos los únicos autobuses interurbanos del mundo dotados con WiFi pero seguimos estando obligados a entrar por la única puerta de las 3 que se abren, la puerta del conductor. Para pagarle.
Otras más: bancos que nos consideran jóvenes hasta los 30, carnés que nos consideran jóvenes hasta los 26 y abonos de transporte que nos quieren cortar las alas con tan sólo 23 años. ¿Quién decide todo esto?

Me da igual si no puedes compartir en Facebook que acabas de subirte en el metro del intercambiador de Moncloa, pero vivimos en una sociedad suficientemente informatizada como para poder proveer a los ciudadanos, ya no sólo madrileños sino españoles, de tarjetas electrónicas–al más puro estilo Oyster Card si se quiere– que no ocupen más sitio que en nuestra cartera y que puedan programarse para los días que queramos o podamos utilizar el transporte público. Ganamos en eficiencia (buses que paran menos tiempo para pagar al conductor) y en comodidad.