19.10.11

La utopía de la educación

En estos días de revoluciones e indignaciones unido a alguna que otra experiencia extranjera, me replanteo la misma pregunta: ¿Por qué no se dedicarán todos estos esfuerzos a redefinir el sistema educativo?
Aceptando que el problema lo vive especialmente la educación pública, ¿radica este problema en los profesores o en los alumnos? ¿Los alumnos se desentienden por la pobre o anticuada enseñanza recibidas por sus profesores o son los profesores los que no encuentran en los alumnos la motivación necesaria para dar una buena clase?
El debate está servido, a modo de "qué fue antes, ¿el huevo o la gallina?". Es un tema que empieza a obsersionarme, porque lo veo como la causa de todo lo malo y al mismo tiempo el remedio a todo ello.
El nivel de idiomas está por los suelos y el fracaso escolar es ya una expresión popular. Los estudiantes no se involucran con sus centros sino que huyen de ellos.
No obstante, no es una generalidad pues en las zonas con mayores rentas, donde bien es cierto que predomina la enseñanza privada, el nivel de formación es más elevado. Lo que me lleva a pensar que la educación en España funciona por burbujas. 




Planteemos una utopía, soñemos despiertos: ¿Qué ocurriría si desde que entramos en el colegio, con 4 años, estuviéramos rodeados de otros niños de distinta clase social y cultural? La misma macedonia que experimentamos cuando vamos a la universidad pública. Una efectiva manera de acabar con uno de los más serios problemas de nuestro país: los prejuicios. Se acabaría el sectorialismo al que estamos acostumbrados.
Niños del barrio de Vallecas que comparten pupitre con bienaventurados de La Moraleja es, a ojos de un adulto, cuestionable. Pero no lo será para el niño de 4 años pues sólo verá otros niños; llegará a casa y preguntará por qué Samuel es negro o por qué Fatima tiene un pañuelo en la cabeza. Ahí entrará la educación que reciben en casa, pues se impregnarán de los ideales y creencias de sus padres. Pero convivirán una gran parte del tiempo con todos esos compañeros. Crecerán juntos. Las diferencias serán mínimas desde el principio, sobretodo porque no serán prestadas con atención (la ropa, el móvil, el ordenador, la moto o el coche, etc).
Y al eliminar esos prejuicios –o al menos al suavizarlos en esa primera generación– se consigue todo lo demás. Y entre ese "demás" está otra de las soluciones a la crisis a la que nos enfrentamos: el emprendimiento.
No hay ideas porque no se suscitan en la escuela y el emprendedor, a mi modo de ver, no es un llanero solitario. Necesita vivir en un ambiente emprendedor, rodeado de ideas. ¿Por qué Palo Alto, CA es la meca de los emprendedores? Porque no están solos, hay muchos. Hay interacción, se trabaja en equipo y se aprende de los demás.
Un país es, al final y al cabo, lo que crea y produce. Si no creamos ni producimos buenos niños, buenos estudiantes, no crearemos empresas, luego no crearemos empleo. Y si las empresas, llevadas y creadas por personas, no aparecen, yo me pregunto: ¿a quiénes estamos creando?

6.10.11

Cómo ganar a Alberto Contador

La bici se está poniendo de moda en Madrid. Las bicis plegables se suceden por las tortuosas calles de la ciudad.
No hay carriles bicis, y los que hay lucen orgullosos sus socabones como los del barrio de la peseta o son utilizados como vía alternativa para los peatones.

 Carril bici de Las Margaritas–Universidad Carlos III

Aunque han hecho esfuerzos considerables para las dos ruedas como el anillo ciclista o Madrid Río, ¿continuará esta práctica o es efectivamente una moda? ¿Se llegará a adaptar el suelo urbano y veremos un día un carril de subida y otro de bajada a ambos lado de la Gran Vía?
No es fácil europeizar en este sentido una gran ciudad como Madrid. Las distancias son considerables y la coche-dependencia que se vive generalmente en nuestro país con respecto a nuestros vecinos no ponen las cosas fáciles.
Prueba de ello es la cara que se nos quedó la semana pasada en la estación de AVE de Segovia-Guiomar cuando nos prohibieron meter las bicis en el tren. Un tren que iba vacío. Literalmente.
O cuando pliegas tu bici y entras en un bus de la EMT y el conductor te prohíbe también la entrada. Sin hablar de los robos, bicis que terminan siendo
En efecto nuestras infrastructuras no están preparadas para esta oleada sobre ruedas porque nuestra mentalidad no lo está tampoco. Primero por la mencionada coche-dependencia pero también por una estúpida vergüenza o dígase prejuicio que parece imperar si vas montado en una bicicleta.
Y con ello corremos el riesgo de que la práctica biciclística no se adapte.

Una buena forma de moverse por Madrid es subido a lomos de una bici plegable. Para más información, consulta esta web de bicicletas plegables.