Hoy, he vuelto a hacer la compra en el Día.
Y no es el arranque que podría tener un monólogo del Club de la Comedia. Da igual que se trate del Día de Aluche que el de la avenida de Europa de Pozuelo de Alarcón, el concepto "destrucción desoladora" se ha arraigado bien como cultura.
Los precios son muy bajos, es indiscutible. ¿Pero a qué precio?
En Día, el cliente pierde parte de la libertad que tenía cuando entraba de la calle. Sin entrar en si el local está más o menos desordenado–más que menos–, la pérdida de tiempo que sufre el comprador esperando a que llegue alguien para cobrar o las serpénticas colas que se forman cuando solo una persona preside la caja, me parece degradante.
Creo que está demostrado que ser una buena marca que trata con estos productos, vamos a denominarlos low cost, es posible. En IKEA la gente va como de vacaciones, en McDonald's los niños ríen y juegan en el aire con sus juguetes del Happy Meal y en Primark las mujeres se ponen en modo Pretty Woman cumpliendo su deseo de consumir prendas al euro.
No obstante, las hay no tan maternales. Ryanair es el ejemplo a no seguir. Los dramas que provoca el aparato de tortura "medidor de maletas" en la cola de embarque amenazan diaria y matutinamente la vida emocional de muchas personas.
Caras largas por la tienda. La tienda en la que una ecuatoriana, verdaderamente sin ánimo de clasificar, con la que te has cruzado reponiendo papeles higiénicos, colocando cajas y entrando por una puerta, ahora te está preguntando "¿Tarjeta Día?". Los puestos con tareas polivalentes son menos productivos, no se concentra el esfuerzo ni se aprende realmente el funcionamiento de cada una de ellas y eso provoca un retraso en su realización. Ya no te acuerdas de la clave del almacén ni de la combinación de la caja, ¿verdad?
Un diseño o diferente manera de presentar para los productos, todos en general, sería dar una muy buena mano de pintura.
Pero estos cambios suponen una inversión que podría afectar a los precios. Y su fortaleza principal no puede desvanecerse. Pero como por el mismo hueco se saca y se mete, las ventas aumentarán a partir del momento en que la gente sienta que está en un buen ambiente, contento de estar haciendo la compra. Ciertas operaciones podrían desarrollarse en paralelo, como la venta de bolsas de tela.
Y no es el arranque que podría tener un monólogo del Club de la Comedia. Da igual que se trate del Día de Aluche que el de la avenida de Europa de Pozuelo de Alarcón, el concepto "destrucción desoladora" se ha arraigado bien como cultura.
Los precios son muy bajos, es indiscutible. ¿Pero a qué precio?
En Día, el cliente pierde parte de la libertad que tenía cuando entraba de la calle. Sin entrar en si el local está más o menos desordenado–más que menos–, la pérdida de tiempo que sufre el comprador esperando a que llegue alguien para cobrar o las serpénticas colas que se forman cuando solo una persona preside la caja, me parece degradante.
Creo que está demostrado que ser una buena marca que trata con estos productos, vamos a denominarlos low cost, es posible. En IKEA la gente va como de vacaciones, en McDonald's los niños ríen y juegan en el aire con sus juguetes del Happy Meal y en Primark las mujeres se ponen en modo Pretty Woman cumpliendo su deseo de consumir prendas al euro.
No obstante, las hay no tan maternales. Ryanair es el ejemplo a no seguir. Los dramas que provoca el aparato de tortura "medidor de maletas" en la cola de embarque amenazan diaria y matutinamente la vida emocional de muchas personas.
Caras largas por la tienda. La tienda en la que una ecuatoriana, verdaderamente sin ánimo de clasificar, con la que te has cruzado reponiendo papeles higiénicos, colocando cajas y entrando por una puerta, ahora te está preguntando "¿Tarjeta Día?". Los puestos con tareas polivalentes son menos productivos, no se concentra el esfuerzo ni se aprende realmente el funcionamiento de cada una de ellas y eso provoca un retraso en su realización. Ya no te acuerdas de la clave del almacén ni de la combinación de la caja, ¿verdad?
Un diseño o diferente manera de presentar para los productos, todos en general, sería dar una muy buena mano de pintura.
Pero estos cambios suponen una inversión que podría afectar a los precios. Y su fortaleza principal no puede desvanecerse. Pero como por el mismo hueco se saca y se mete, las ventas aumentarán a partir del momento en que la gente sienta que está en un buen ambiente, contento de estar haciendo la compra. Ciertas operaciones podrían desarrollarse en paralelo, como la venta de bolsas de tela.
Que no me demande Termomix pero para Día puede haber "un nuevo amanecer".
Me gustaría ver quién fue el que dio la vuelta a los bricks de leche antes de que la máquina les cayera encima. El tipo más creativo del Día.
Y no sin terminar con unas risas, ché, véanse este anunsio de Día en Argentiiina. ¡Si querés!