Pueblos en las alturas, chocolate y agua de manantial aparecen por las montañas de esta desconocida región de Granada.
"Francia
tiene su Provenza, Italia, su Toscana; Granada su Alpujarra"
Vamos bajando por la A-4, rumbo al sol. O al
trópico, o a la montaña. Cada día es un escenario de verde y launa que cambia
mil veces y que serpentea en las alturas. Antes de llegar no tenía claro si
hablábamos de "La Alpujarra" o de "Las Alpujarras". Tampoco
de si le decías "alpujarrano", "alpujarrense" o
"alpujarreño" a lo que verías o con quien hablaras. Demonios, ¡no
sabía ni dónde quedaba La Alpujarra!
Entre Sierra Nevada y el mar, ladera abajo se
extiende la comarca de La Alpujarra. Un valle entre el Mulhacén y sus picos y
las sierras de Contravisa y Lújar. Las montañas crean un microclima cálido y
serrano que le vale el sobrenombre a su terminación en la Costa Tropical.
Con las cosas muy poco claras pero expectante se
cruzó Despeñaperros. No es que no haya nada memorable hasta ahí, que conste. Kilómetros y kilómetros de olivos militarmente ordenados
te van introduciendo esa aura de saber que entras en una nueva historia. Jaen,
Úbeda, Guarromán... y finalmente esa postal panorámica de la una Alhambra
alzada hacia el cielo y Sierra Nevada de guardaespaldas. Una curva perfecta
para contemplarlo desde todos los ángulos.
Al pasar la ciudad, las montañas empiezan a seguirte por la izquierda. Casi intimidan.
Una turista francesa posando para nuestro objetivo, Capileira |
No se encuentra estrictamente en La Alpujarra, pero
su descubrimiento a la izquierda de la A-44 merece un desvío. El pueblo
rematadamente andaluz de Nigüelas tiene calles brillantes, estrechas y
serpenteantes. Cuesta no imaginar unos grandes tendederos con sábanas blancas y
frescas ondeando al viento.
Si es una parada para tomar algo, buenas noticias:
"El Rincón de Miguel" te espera literalmente en la entrada del
pueblo, al lado del parking gratuito del pueblo. Si es para sentarse bien en la
mesa, "La Lolaina" es un restaurante ecológico con unos dueños muy
majos y dedicados.Tienen una de las terrazas más bonitas que recuerdo del viaje
(y no son pocas).
El pueblo está a pies de la Falla de Nigüelas, un
derramamiento impresionante de montaña que puede recorrerse a pie (hay rutas a
partir de 7km en
Wikiloc).
La Alpujarra
Las puertas de la
Alpajurra.Nos la hemos bebido todos. Y tiene un pueblo que
reposa a tiro de piedra del nacimiento de, sí, el río que lleva el agua del
mismo nombre. Pero no baja embotellada. En su lugar hay fuentes repartidas por
todo el pueblo. Tienen doble chorro que son nada más y nada menos que agua
Lanjarón y agua con gas, natural de la naturaleza, y con un ligero sabor a
hierro.
Además del agua, la miel, el esparto y el mimbre son
otras habilidades locales en las que no cuesta detenerse.
Todos hemos bebido alguna vez Lanjarón. Lanjarón embotellada. |
Subiendo por las faldas del Mulhacén están los pueblos de Bubión, Pampaneira y Capileira. Combinan rutas a pie con unos pueblos auténticamente alpujarreños. Los terraos (techos planos) de las casas blancas aparecen como escalones incrustados en la montaña. Por eso las vistas que tienen todas las casas compensa el clima de montaña, 1200-1400m, que se deja notar en el verde y en la temperatura.
Estos pueblos que suenan a samba forman parte de la Alpujarra Alta. La altura lo dice todo: Capileira está a más de 1400m. Sus características casas son patrimonio nacional, pero ante todo, representan un viaje en el tiempo y en la montaña.
Pampaneira
Es
el primero de los dos, el que da la bienvenida a esta parte alta y encajonada
de la comarca. Algunas de sus calles están divididas por canales por los que van bajando las aguas del deshielo.
Son tan estrechos que no es posible atravesarlos con
el coche, por lo que hay que prepararse para las cuestas.
Capileira
Se encuentra en lo más alto de
El cercano pueblo de Bubión está a tan sólo 2
kilómetros, y hay un sendero muy bonito que lo separa de Capileira. Viene
indicado y señalizado.
Dónde alojarse
Cualquier alojamiento en los alrededorse de Órgiva, la
población más grande y casi centrada en medio de La Alpujarra, es una buena
opción como 'centro de operaciones'. Hay hoteles y airbnbs desde €35 la noche
por persona. El pueblo no es gran cosa, pero encontrarás casitas y
hostales rurales en el mismo campo, desperdigadas por los alrededores de
Órgiva.
El balneario de Lanjarón aparece nada más entrar en la comarca alpujarreña,
en Lanjarón. Su atractivo es su circuito de aguas, incluido en el
precio estándar en los meses de primavera: dos personas por €130 la noche. Es
un hotel cuidado y con un caminito hacia una piscina y campo de fútbol
mirando al valle, propiedad del hotel. Una buena opción si se busca un
último día de relax antes de volver a la vida real.
Para los más aventureros, arriba, a 2500m os espera el Refugio Poqueira, en lo alto del mismo barranco de Poqueira, que
termina en Pampaneira. Punto estratégico para aquellos que se animen a subir el
Mulhacén. Hacia el sur se abre un gran vacío de valles que al fondo chocan con
Sierra Lujar, el Mediterráneo y el norte de África, que se divisa
desde la puerta del refugio.
Dónde y qué comer
Todo es apetecible en esta zona de Granada. Y sobre
todo muy variado: carnes y embutidos, chocolate, quesos, vino...
El choto es el plato más típico en
el apartado de carnes: cordero de lechal bañado en salsa de almendras, ajo y
vino. Abunda el bacalao, para los marítimos.
En la 'capital' de La Alpujarra, Órgiva, sobrevive un rincón atípico donde no hacen nada mal las pizzas (da igual la combinación de ingredientes. La pizza"Alpujarreña" si alguna vez te habías imaginado una pizza de jamón, morcilla, chorizo, patatas y huevo. Más vale reservar en "La Almazara" , sobre todo si está abierta su terraza. Platos desde 9€, pizzas desde 11€.
Que uno de los reclamos gastronómicos de La Alpujarra sea el chocolate, es algo que a todos sorprende. La Fábrica de Chocolate Abuela Ili es en parte responsable de este delicioso descubrimiento. La, verdaderamente, abuela Ili dejó a sus herederos expandir a 4 establecimientos y aumentar su producción en cada una de sus tienda-fábrica, una de ellos en Pampaneira. Delicioso el de chocolate blanco con pimienta y el de chocolate con plátano.
En la 'capital' de La Alpujarra, Órgiva, sobrevive un rincón atípico donde no hacen nada mal las pizzas (da igual la combinación de ingredientes. La pizza"Alpujarreña" si alguna vez te habías imaginado una pizza de jamón, morcilla, chorizo, patatas y huevo. Más vale reservar en "La Almazara" , sobre todo si está abierta su terraza. Platos desde 9€, pizzas desde 11€.
Que uno de los reclamos gastronómicos de La Alpujarra sea el chocolate, es algo que a todos sorprende. La Fábrica de Chocolate Abuela Ili es en parte responsable de este delicioso descubrimiento. La, verdaderamente, abuela Ili dejó a sus herederos expandir a 4 establecimientos y aumentar su producción en cada una de sus tienda-fábrica, una de ellos en Pampaneira. Delicioso el de chocolate blanco con pimienta y el de chocolate con plátano.
Algunas curiosidades
Hay tantas teorías sobre por qué Capuleira y Pampaneira
tienen esos nombres tan ‘portugueses’ o gallegos, que cada uno que crea lo que
quiera. Recomiendo leer este
curioso foro.
"El pueblo más alto de España", reza en un letreto en Trevélez (1.476m). Este pueblo agarrado a las faldas del Mulhacén lleva décadas engañando a todos los españoles, ya que no es el pueblo más alto de España a pesar de estar en la misma montañana cuyo pico es el más alto de la Península. Realmente es Valdelinares, en Teruel (1692m).
"El pueblo más alto de España", reza en un letreto en Trevélez (1.476m). Este pueblo agarrado a las faldas del Mulhacén lleva décadas engañando a todos los españoles, ya que no es el pueblo más alto de España a pesar de estar en la misma montañana cuyo pico es el más alto de la Península. Realmente es Valdelinares, en Teruel (1692m).
Te cruzarás con muchos ingleses. Aún sigo
investigando por qué, pero abundan en La Alpujarra. Hablando de ingleses: el
escritor escribió en 1957 "Al
Sur de Granada",
que luego llevaron al cine Verónica Sánchez ('Los Serrano'), Antonio Resines
('Amanece que no es poco') y Guillermo Toledo ('El Otro Lado de la Cama'). El
arquitecto australiano Donald Gray se viene declarando ya desde algunos años,
un defensor
de la construcción y estética alpujerreña. Un tipo sin pelos en la lengua, algo así como el Risto Mejide de la arquitectura Alpujarreña.
En el siglo XVI, apenas cien años tras el fin de la
Reconquista, se produjo la llamada Rebelión
de las Alpujarras, considerada la guerra más salvaje de las que hubo en
Europa en ese siglo. La población morisca se alzó frente a un Decreto Real que
limitaba sus libertades culturales, y desencadenó en un conflicto armado de 3
años de duración. Acabó con la reubicación de los moriscos que sobrevivieron
entre toda la geografía española. Su deportación supuso un duro golpe para la
economía del Reino de Granada y fue la antesala de la expulsión total de los
moriscos, tres décadas después (1609).
Mapa de la ruta propuesta (click para ampliar):
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