Tras unos días en las fiestas de San Mateo, en Oviedo, no puedo evitar hablar sobre una curiosidad que, cada vez más frecuentemente, parece por terminar siendo una realidad:
Se trata de la archiconocida escena en la que te encuentras hablando a gritos con la chica a la que echaste el ojo nada más entrar en el garito y a la que te acercaste para hablar, motivado unas veces por los amigos que te han cazado mirándola y te animan/empujan a acercarte, otras por esa última copita de Jack Daniel's que nunca debiste aceptar.
Y es que ya no hay intercambio de números de móvil. No es la primera vez desde, lo reconozco, relativamente poco que termino llegando a casa con nombres en "borradores" de mi ya destartalado Nokia 6151. Nota del Autor: ojalá llegara siempre así a casa.
¿Por qué ocurre esto? Creo que la respuesta es evidente: para qué vamos a gastar SMS o llamadas cuando puedes acceder no sólo a la mensajería instantánea (Tuenti se ha apuntado también al inevitable y útil servicio del chat, con el que ya contaba Facebook) sino a mucha más información sobre la otra persona de la que adquirirías en toda una noche de sobredecibélicas palabras con el/la susodich@.
De nuevo, las redes sociales se imponen ante los hábitos a los que, valga la redundancia, estábamos acostumbrados y ya parecían unos clásicos.
Se acabó eso de ver las fotos del viaje con la mítica Galería Fotográfica de Windows, de apuntar los cumpleaños en la agenda del cole (sólo apto para fanáticos, Tuenti me pilló en la uni) y de escribir esos clásicos SMS a las 00h... entre muchos otros más.
Y con los que parece que va a terminar o transformar. Aunque como ocurre en Internet, la integración de aplicaciones en otras aplicaciones empieza a estar a la orden del día, y sino Google Wave hará lo propio.
Los tiempos cambian.
Eso sí, su número de móvil lo acabas consiguiendo :)
Se trata de la archiconocida escena en la que te encuentras hablando a gritos con la chica a la que echaste el ojo nada más entrar en el garito y a la que te acercaste para hablar, motivado unas veces por los amigos que te han cazado mirándola y te animan/empujan a acercarte, otras por esa última copita de Jack Daniel's que nunca debiste aceptar.
Una vez puestos en situación, es ahora cuando entra en escena este curioso cambio, fruto, sin duda del general uso de las nuevas tecnologías por parte de nosotros los jóvenes.
Y es que ya no hay intercambio de números de móvil. No es la primera vez desde, lo reconozco, relativamente poco que termino llegando a casa con nombres en "borradores" de mi ya destartalado Nokia 6151. Nota del Autor: ojalá llegara siempre así a casa.
¿Por qué ocurre esto? Creo que la respuesta es evidente: para qué vamos a gastar SMS o llamadas cuando puedes acceder no sólo a la mensajería instantánea (Tuenti se ha apuntado también al inevitable y útil servicio del chat, con el que ya contaba Facebook) sino a mucha más información sobre la otra persona de la que adquirirías en toda una noche de sobredecibélicas palabras con el/la susodich@.
De nuevo, las redes sociales se imponen ante los hábitos a los que, valga la redundancia, estábamos acostumbrados y ya parecían unos clásicos.
Se acabó eso de ver las fotos del viaje con la mítica Galería Fotográfica de Windows, de apuntar los cumpleaños en la agenda del cole (sólo apto para fanáticos, Tuenti me pilló en la uni) y de escribir esos clásicos SMS a las 00h... entre muchos otros más.
Y con los que parece que va a terminar o transformar. Aunque como ocurre en Internet, la integración de aplicaciones en otras aplicaciones empieza a estar a la orden del día, y sino Google Wave hará lo propio.
Los tiempos cambian.
Eso sí, su número de móvil lo acabas consiguiendo :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario