19.10.12

Al mal trabajo, buena búsqueda



Hace bastante que no escribía en este blog, pero creo que la situación lo merece. Muros de Facebook, tweets, entradas de blogs, titulares, vídeos y fotos que claman por un puesto de trabajo.
Lo hemos oído mil veces: somos la generación más preparada de la Historia de España y sin embargo estamos actuando como muchos de nuestros abuelos actuaron tras la Guerra Civil. Con la diferencia de que nadie invirtió en su educación, que no había Ryanair, que poco sabían más allá de un "hello" y que no estaban interconectados como lo estamos nosotros.
Y no, no hablo de redes sociales y de otras páginas ociosas. Hablo de los recursos que tenemos a nuestro alcance y que nos brinda internet. Por desconocimiento (que no por incompetencia en el uso), muchas herramientas para buscar trabajo parecen caer en el olvido o no son exprimidas al máximo. Por desconocimiento, muchos graduados no miran más allá de páginas como Infojobs o Monster.es. Aquí dejo una recopilación de páginas y otros consejos que puedan ayudar a afinar la búsqueda y llegar a un mayor número de ofertas:

 – LinkedIn. Conocido por muchos, es la red social laboral más grande de internet. Créate un perfil  y sube tu CV pensando en lo siguiente: muchas empresas te buscarán por internet y al poner tu nombre en Google, tu CV aparecerá en los primeros puestos.
Más allá de lo imprescindible que resulta hoy en día estar en internet, LinkedIn permite buscar trabajo de una manera personalizada: en función de tus intereses, retos profesionales, tipo de educación e idiomas. Cada semana recibirás e-mails de ofertas que encajen con tu perfil.

Xing es el LinkedIn segundón. Comparte funciones y ofertas con LinkedIn, pero está mucho más orientado al mercado laboral de países de habla germana (empezando por Alemania).

Job and talent. Lo que empezó siendo una red orientada a estudiantes universitarios de últimos cursos, ha terminado por ser un LinkedIn a la española. Mismo concepto que el planteado antes en LinkedIn, pero con una orientación más nacional (para los que quieran levantar el país desde dentro).

– Siguiendo en la línea de redes sociales, existe nubelo.com. Esta plataforma pone en contacto trabajadores freelance y empresas pequeñas o proyectos que están despegando. Es un sitio idóneo si eres programador, diseñador web o community manager.

Studentjob ofrece buscar rápida y fácilmente el tipo de trabajo que estés buscando filtrándolo por region, tipo de empleo o area de estudios para encontrar las vacantes que mejor se adapten a tí. Si buscas un trabajo de verano u otros trabajos estacionales, prácticas o trabajos a media jornada, tienes infinidad de vacantes disponibles en España y el extranjero.

Branchout mezcla el concepto de LinkedIn con Facebook, desde donde se accede a la aplicación. No sólo podrás ver dónde trabajan tus contactos (incluso aquel "amigo" que hiciste en aquel viaje o que conociste una noche de fiesta) sino acceder a las ofertas de empleo de las compañías en las que trabajan.

– 4.4 millones de puestos de trabajo están esperando a estudiantes de grado de últimos cursos y de postgrado como tú en goelite.org.

– Becas Argo y Becas Faro son dos programas promovidos por el Ministerio de Educación y ofrecen cientos de prácticas por todo el mundo. El programa Faro está orientado a estudiantes de últimos años y Argo para recién licenciados/graduados. Tendrás que subir tu CV, meter tus notas de clase y especificar de dónde te gustaría recibir ofertas (en términos geográficos). En mi opinión, deberías estar abierto a cualquier rincón del mundo. 

EURES es el portal europeo de la movilidad profesional. Mientras escribo estas líneas, 1,2 millones de puestos de trabajo están disponibles por toda la Unión Europea (España incluída, por supuesto) y los países del acuerdo de Schengen.

Civiweb es un proyecto del gobierno francés y uno de los mejores sitios favoritos donde buscar. Su concepto de "misiones" está orientado a personas que quieran trabajar por el mundo, con una fuerte orientación hacia países BRICs o en vías de desarrollo. ¿No molaría pasar una temporadita en Brasil, Chile o Colombia? ¿Saltar a Corea del Sur, Taiwan o Shanghai y meterte de lleno en el mundo asiático?

Hudson es otro buscador de ofertas a nivel mundial (20 países y unas 2000 empresas).

– Si te has ido de Erasmus, algunas compañías están buscando perfiles como el tuyo. Recruitment Erasmus recoge algunas de ellas.

Erasmus Placement es otro programa destinado a estudiantes ex-Erasmus o que están disfrutando de en el momento de la beca. Prácticas de 3 a 12 meses en cualquiera de los países de la Unión Europea.

– El grupo EADS (en el que se incluye Airbus) ofrece cientos de ofertas entre sus distintas compañías.

– Entérate de los foros o bolsas de empleo de tu universidad.

Si estás interesado en una empresa en particular, busca en su web oficial pues en muchas ocasiones los puestos de trabajo quedan "ocultos" de buscadores de empleo, además de las que también parecen en buscadores. Las empresas llevan a cabo este tipo de prácticas para atraer solicitantes que quieran de verdad formar parte de la empresa y por tanto tu solicitud resultará más atractiva que si la realizas a través de un buscador. Google y Amazon son un buen ejemplo.

No seas empanao, muévete y si conoces alguna otra página "oculta", compártela con todos en comentarios ;-)
Por muy difíciles que parezcan estos tiempos, a nuestro favor está el futuro porque, sí amigos, por mucho que suene exagerado, seremos nosotros los que gobernemos este país. 


A continuación tenéis una charla actualizada sobre cómo buscar empleo en la web. Es interesante pues, como he ido escribiendo, analiza los distintos recursos disponibles en la web y cómo sacarles partido.


20.5.12

La felicidad de los españoles (primera parte)

A raíz de una asignatura de la universidad, me he embarcado en una curiosa aventura: la búsqueda de la felicidad. Un concepto desde luego muy interpretable, difícil de medir y que a primera vista nos hace pensar en Will Smith.
No obstante, hay información–y mucha–al respecto. Me centraré en lo que he encontrado en los resultados del World Values Survey, una asociación sin ánimo de lucro que se dedica a analizar e interpretar creencias y valores a lo largo y ancho del globo.
Más de uno se preguntará cómo se calcula la felicidad: depende de la mayor o menor capacidad de elección la sociedad. Y esta elección se basa en tres variables principales: desarrollo económico, democratización y tolerancia de la sociedad (con la tolerancia se refiere al grado de aceptación de los considerados como outgroups o "grupos extraños", véanse homosexuales, inmigrantes y percepción de la igualdad de sexos). Podríamos pues decir que cuanto más rico, democrático y alejado del tradicionalismo esté un país, más felices serán sus habitantes. Y pensando en un Estado que no cumpla con algunas de estas variables–como China–, el resultado no deja duda alguna:


Nos lo pensaremos dos veces antes de meternos con su graciosa forma de decir "Negrita" cuando compremos en alguno de los establecimientos que llevan su nombre.

Por otro lado en la Dinamarca de 2007, un 52% de la población reconocía estar tremendamente satisfecha con su nivel de vida (puntuándolo con un 9 en una escala de 10) y un 45% reconocía estar muy satisfecha. Meanwhile in Armenia... un 5% reconocía una enorme satisfacción en su nivel de vida (misma escala que la danesa) y un 6% estaba muy satisfecha. El porcentaje restante en cada uno de los países deja claro que el poder adquisitivo juega un papel importante en el encuentro con la felicidad.
Sin embargo, ocurre lo siguiente con algunos países occidentales que consideraríamos a priori como sinónimos de libertad y bienestar social:





Curioso, ¿verdad? ¿Qué les estará pasando a los australianos?
Contextualizándolos con el resto de países, así quedaría nuestro más o menos feliz mundo (para quien busque Jamaica, no, no está; al parecer no se tomaron muy en serio los cuestionarios):

(Haz click en la imagen para ampliarla)

A medida que avanzamos por el eje de abcisas, incrementa la renta per capita, y a medida que subimos por el eje de ordenadas, el ratio calculado para la unión de felicidad y satisfacción con el nivel de vida. España no es la mejor situada pero tampoco podemos decir que seamos infelices. Somos una carcajada limpia con lágrimas de alegría comparados con Zimbawe.
Bien se aprecia que el dinero no lo es todo, y ahí tenemos a los países de América Latina como ejemplo. La principal respuesta a estos altos niveles en el continente sudamericano reside en su arraigada creencia en Dios, así como los "infelices" países ex-comunistas lo están por el decepcionante desenlace de este sistema y la consiguiente transición política, económica y de mentalidad hacia el capitalismo.
Pero ¿qué pasa en España? ¿Nos falta samba? ¿Nos sobran envidias? ¿Nos falta crítica? ¿Nos falta religión? ¿Por qué dentro de los países de altos ingresos, salvando unas pocas excepciones, somos menos felices? ¿Qué ha pasado con nuestra fiesta? ¿Nos falta dinero? Ciertamente sí, pero en el momento en que se calculó el gráfico llegamos a ser la 8ª potencia mundial en términos de PIB... Queda claro que somos una de esas excepciones de que "el dinero no da la felicidad".

Si la crisis no es una excusa al tomar datos anteriores a 2007, entonces, ¿qué nos estará arrebatando la felicidad?




Fuente:
  • Inglehart, R., Foa, R., Peterson, C., Welzel, C. (2007). "Development, Freedom, and
    Rising Happiness. A Global Perspective (1981–2007)", Department of Political Science, University of Michigan; Department of Government, Harvard University; Department of Psychology, University of Michigan; School of Humanities and Social Sciences, Jacobs University, Bremen, Germany, pp 264-285.
  • http://www.worldvaluessurvey.org/wvs/articles/folder_published/article_base_106 (última consulta a 10/05/2012)



7.3.12

Thinking global

                                                   Source: imgfave.com via Glenda on Pinterest


Globalization was born when James Watt became interested in the technology of steam engines. Machinery inventions standardized processes all along the industries of the world. These industries made products for consumers and learning mechanisms affected in the same way an American than a Swedish, an Indian than a Brazilian. People got closer in culture and habits; customers became cheaper for production and delivery.
Globalization helps developed countries to growth even faster but differences between perception of poor and rich increase too. Production gets delocalized and climbs thanks to economies of scale.
In my opinion, information technologies are taking part of this globalization process. There are even changing it into a new global era. Access to information is getting so easy for population that not only products and services are spreading but also knowledge.
One the consequences I can recognize is a good new for these statements that support the idea we are unifying cultures and forgetting traditional values and even our own personalities. This good new already has a name: glocalization. After a significant time of high levels of consumption, demand curve is going further down from supply global markets in terms of knowledge. This shared knowledge is fragmenting the information into many smaller needs that increase our consumption: we are more open to new experiences. Easier geographical mobility (better infrastructures and low prices), environment awareness and the current economical crisis are helping products and services going local, going back to roots. Countries find in tourism and travelling a good opportunity to show their culture–say their brand– and local firms and businesses are taking advantage in this new market.
From organizational design point of view, the workplace is changing as well as the working method itself. Analysis and control are losing their effects because of fast changes happened in the economy. It is also easier to get knowledge.  Flexibility and soft skills are now more important for management.
Is a globalized world killing cultures? Many people would answer “yes” but as I exposed, there are several advantages, and better-said economic advantages, which we could no avoid. We should no avoid.

Globalization is going local.

5.1.12

Qué poco cuesta salir de la crisis

La historia no se repite pero rima, decía Mark Twain. Se acabará la crisis pero ya se encargará la función de encontrar otro punto de inflexión. Después de la euforia viene la derrota y después de la tormenta siempre llega la calma. Y así sucesivamente. Aprendemos a base de hostias. Hemos montado una fiesta en nuestra casa, nos hemos emborrachado, hemos bailado, hemos conocido a una tía, hemos comido un kebab a las 5 de la mañana y nos hemos metido en la cama. Lo que pasa es que al día siguiente tenemos una resaca del copón, el apartamento está lleno de mierda, hay que recoger y limpiar y nos hemos quedado sin pasta por no sabernos controlar.

Llega el sentimiento de culpa y el "no lo volveré a hacer". Por eso crece el respeto por el medio ambiente, hacemos las paces a través de la triple bottom line, llega el freeworking, el "yo te ayudo con esto y tú me echas un cable con esto otro", el mercado de segunda mano y el modelo low cost.
¡Ah, el modelo low cost! Desde Ryanair hasta Cien Montaditos, pasando por IKEA, Tiger y el freemium de internet. Se llega a veces a confundir lo gratuito con lo que cuesta unos pocos céntimos.
Lo que triunfa se acaba copiando, y el bar de Manolo ya ofrece cubos de cerveza por 3€ y tapas al pavo.
Hace diez años pagábamos 15€ por un cd de los Red Hot y hoy pagamos 4,99 por un acceso ilimitado al catálogo de música de Spotify.
¿Gastamos menos dinero pero con mayor frecuencia? ¿Quiere decir esto que se incentiva el consumo lo que reactiva nuestra maltrecha economía? Me inclino a pensar que así es. Nosotros nos buscamos las crisis pero nosotros mismos salimos de ellas. Estamos alumbrando un nuevo modelo de consumo, contribuyendo con lo poco que nos queda. Porque nos gusta saber que tenemos dinero y podemos gastarlo.
Durante la Gran Depresión se comenzó a comercializar un juego llamado Monopoly, que adquirió un éxito total pues concedía al jugador el poder, aunque ficticio, adquisitivo.
La historia no se repite –ya que somos más ricos que hace 80 años– pero rima –cambiando billetes del Monopoly por productos y servicios baratos pero reales–.