Después de un excitante, fogoso, sabroso y reparador 69 con su novia, Luis se acuerda que tiene una consulta con su odontólogo esa misma tarde.
Luis teme que el dentista note su aliento de vagina y se cepilla los dientes 457 veces, pasa el hilo dental 248 veces, y se toma 15 litros de Listerine.
Llegado al consultorio, se chupa 25 caramelos de HALLS y es atendido por el dentista, quien le manda sentarse en la silla.
Posicionado y con la boca abierta, Luis se tranquiliza y deja al profesional hacer su trabajo.
El dentista se aproxima a la boca de Luis y afirma categórico:
-¡Carajoooo Luis! ¿Cómo haces un 69 antes de venir al dentista?
-¡Doctor! ¿Todavía tengo aliento a coño?
-¡No cabrón...! ¡Te huele la frente a culo!
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