Qué miedo entra cuando ves en Twitter como trending topic el nombre de una persona.
Esta vez ha sido Dennis Hopper a los 74 años, de cáncer de próstata. Pero no voy a detenerme, como ya sabes, a desgranar su vida, sus grandes momentos y vaguadas, para eso tenemos la Wikipedia.
¿Que quién es Dennis Hopper? De los que no pasan desapercibidos por interpretar papeles nada convencionales, violentos y rudos muchas y muchas veces. Pensar en Dennis Hopper es, sin querer caer en convencionalismos, escuchar a Steppenwolf (Born to Be Wild, Magic Carpet Ride o The Pusher) y oler a chopper. Efectivamente, y con permiso de 'Rebelde sin Causa' y 'La Leyenda del Indomable', fue Easy Rider su catapulta hacia el estrellato del actor secundario. Tanto él como Peter Fonda pusieron la primera piedra del cine independiente, fuera de los estudios de Hollywood. Jim Jarmusch estará llorando a moco tendido. Y para quien todavía no caiga o se rinda, seguro que se acuerda del calvo malo de Waterworld, la película más emitida por Televisión Española en toda su historia.
Apocalypsis Now, True Romance, Terciopelo Azul, La Ley de la Calle o El amigo americano de Wim Wenders poco sentido tendrían sin un segundo de abordo como Dennis Hopper.
De las citadas, mi favorita es sin duda El amigo americano, puede que no cómo película pero sí como interpretación y papel: le va que ni pintado. La película está basada en una de las novelas de Patricia Highsmith y Dennis se encarga del archiconocido Tom Ripley, quien ofrece a un enfermo terminal la comodidad económica que tanto desea tener para su familia, a cambio de perpetrar un asesinato. El enfermo terminal es el grandísimo Bruno Ganz, actor fetiche de Wim Wenders.
Todos tenemos un actor favorito, si no varios. O al menos esos personajes a través los cuales llegan a nosotros, a los que interpretan, que nos hacen gracia, con los que nos podemos sentir identificados en una cinta dada o simplemente por estética.
Aquí va mi pequeño homenaje al Marlo Brando de los supporting actors, cuyo nombre aparecía más pequeñito que el del protagonista pero al que eclipsaba muchas veces; un tipo que desayunaba ron con cocaína, lleno de excesos y vicios que no se dejó amilanar por la industria cinematográfica que no le concedió ninguna estatuilla: por eso es un gran actor, por que conoció el éxito y el fracaso, pero doró sus triunfos.
No quiero recordarle con el aspecto de sus últimas apariciones públicas, tremendamente escuálido por la enfermedad, ni tampoco por su explotada imagen de Easy Rider.
Basta con recordarle tal y como era: el actor secundario Dennis.
Esta vez ha sido Dennis Hopper a los 74 años, de cáncer de próstata. Pero no voy a detenerme, como ya sabes, a desgranar su vida, sus grandes momentos y vaguadas, para eso tenemos la Wikipedia.
¿Que quién es Dennis Hopper? De los que no pasan desapercibidos por interpretar papeles nada convencionales, violentos y rudos muchas y muchas veces. Pensar en Dennis Hopper es, sin querer caer en convencionalismos, escuchar a Steppenwolf (Born to Be Wild, Magic Carpet Ride o The Pusher) y oler a chopper. Efectivamente, y con permiso de 'Rebelde sin Causa' y 'La Leyenda del Indomable', fue Easy Rider su catapulta hacia el estrellato del actor secundario. Tanto él como Peter Fonda pusieron la primera piedra del cine independiente, fuera de los estudios de Hollywood. Jim Jarmusch estará llorando a moco tendido. Y para quien todavía no caiga o se rinda, seguro que se acuerda del calvo malo de Waterworld, la película más emitida por Televisión Española en toda su historia.
Apocalypsis Now, True Romance, Terciopelo Azul, La Ley de la Calle o El amigo americano de Wim Wenders poco sentido tendrían sin un segundo de abordo como Dennis Hopper.
De las citadas, mi favorita es sin duda El amigo americano, puede que no cómo película pero sí como interpretación y papel: le va que ni pintado. La película está basada en una de las novelas de Patricia Highsmith y Dennis se encarga del archiconocido Tom Ripley, quien ofrece a un enfermo terminal la comodidad económica que tanto desea tener para su familia, a cambio de perpetrar un asesinato. El enfermo terminal es el grandísimo Bruno Ganz, actor fetiche de Wim Wenders.
Todos tenemos un actor favorito, si no varios. O al menos esos personajes a través los cuales llegan a nosotros, a los que interpretan, que nos hacen gracia, con los que nos podemos sentir identificados en una cinta dada o simplemente por estética.
Aquí va mi pequeño homenaje al Marlo Brando de los supporting actors, cuyo nombre aparecía más pequeñito que el del protagonista pero al que eclipsaba muchas veces; un tipo que desayunaba ron con cocaína, lleno de excesos y vicios que no se dejó amilanar por la industria cinematográfica que no le concedió ninguna estatuilla: por eso es un gran actor, por que conoció el éxito y el fracaso, pero doró sus triunfos.
No quiero recordarle con el aspecto de sus últimas apariciones públicas, tremendamente escuálido por la enfermedad, ni tampoco por su explotada imagen de Easy Rider.
Basta con recordarle tal y como era: el actor secundario Dennis.