7.5.10

Hank Moody: 'Por qué ver Californication'

La pasada noche terminé de ver Californication. Lo cierto es que estoy un poco afectado, no te voy a engañar. No es una serie que pretenda, es una serie que cautiva. Tres temporadas que se hacen dolorosamente cortas.
Te toparás con personajes que verdaderamente no quieren hacerse olvidar, escenas de comidas y cenas rocambolescas, acertadas (¡por primera vez!) referencias musicales, drogas blandas y no tanto, arpías mujeres y buenorras todas, mujeres y más mujeres.

Sí, sin duda uno de los fuertes de este éxito de Showtime es el sexo. Desde luego aquí deja de ser un tema tabú. Escenas explícitas y tetas, muchas tetas. Mucho wet y nada de pasión. El orgasmo por el orgasmo. Los excesos de cualquier escritor, junto con la bebida, por supuesto. Pero creo que es una de esas pocas veces en las que el sexo se trata correctamente, convirtiéndolo en excusa para presentar al verdadero centro de la historia; el personaje que hace que todo funcione, que todo choque, que todo fluya: Hank Moody.
Si eres un recién llegado, Hank Moody es un pichichi, un tipo que marca varios goles por partido. Y le da igual quién esté bajo los palos. Deseas tener su vida y al rato das gracias a Dios por seguir viviendo la tuya propia.
Es un 'susurrador de mujeres' de frases memorables. El actor, David Duchovny, quien echará a más de uno para atrás sólo por haber cambiado su disfraz de Fox Mulder por el de gigoló al estilo Flaubert, sí que es memorable. Como diría Neil Patrick Harris (aka Barney Stinson), le-gen-da-rio, y créeme no tiene nada que hacer contra el bueno de Moody. Al menos en la práctica, le lleva kilómetros de distancia. Qué digo kilómetros, ¡millas!
Un hombre que flota en una piscina llena de mujeres que nadan desnudas, bebiendo cerveza sentado en un sillón hinchable. Solo flota y se deja llevar pero que no quiere mojarse, por su hija y su 'mujer'. Es curiosa la metáfora que hacen de su vida en el último capítulo de la serie, que por supuesto no te voy a desvelar.

En la arquitrama de Californication, la cámara nunca pierde de vista a Hank, pero no significa que sea el único centro de atención pues sin el resto de personajes los enredos no tendrían cabida. Los otros 4 ó 5 protagonistas forman otras 4 ó 5 mini historias, más o menos relacionadas. En cualquier caso, Hank Moody provoca un deseo, esa identificación en muchos momentos que no significa otra cosa que han logrado crear un verdadero protagonista.

Antes de terminar con este post y mordiéndome la lengua para no contar más detalles o impresiones que puedan quitarle sabor al pastel, debo hacer especial mención a la banda sonora.
Los culpables del tema de la cabecera, Tree Adams & Tyler Bates, dejan alguna que otra joyita repartida por los más de 30 capítulos de Californication. Los amantes del bajo están de enhorabuena.
Prefiero que saborees la serie y luego te descargues el disco; pinchando aquí, por ejemplo.


"La vida es demasiado aburrida para no intentarlo". Amén, Tom Kapinos.

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