28.8.10

¿Cómo se hace la canción del verano?

Hola amigos, vamos a aprender a hacer la canción del verano. En primer lugar pensamos si vamos a inventarnos algún ritmillo pegadizo o si vamos a tunearnos un tema que ni Dios conozca. Metemos una base bailable, cuatro acordes y unas voces para que la gente cante algo.
Y ya lo tenemos amigos, nuestra propia canción del verano. ¡Y la pasta que nos hemos embolsado! Y la semana que viene aprenderemos a construir nuestro propio jardín versallesco estilo Luis XIV. ¡Agur, amigos!

El verano va expirando y con él los sonidos que han marcado los etílicos bailes en discotecas, playas y bares. Oséase, la canción del verano. Que estarás conmigo en que este año ha sido el Pa Panamericano. Es gracioso encontrarse, por cierto, en Yahoo Respuestas a principios de verano dudas como "¿cancion de we no speak americano con una voz de fondo de xica?" o "¿ es pa-pa o pan pan americano?" Eternas preguntas que todos nos hemos hecho, claro.

La escuché por vez primera en junio. Luego Galicia, La Rioja, Almería, Portugal, Suiza... me la he bailado en todos los sitios, ha dado igual. Oí las trompetitas y pensé, vaya, ya volvemos a los remakes de temas del pasado. Como ya se hizo con aquellas míticas Dos Gardenias de Machín. Las buenas ideas parecen tener fecha de caducidad.

Para los recién llegados o los que crean que se trata de una versión original de Yolanda Be Cool o de dj Viagra, ese personajillo con medio cuerpo en el geriátrico que sigue vivo gracias a sus desayunos con Red Bull y cereales, están bastante confundidos. El Pa Panamericano tiene más años que Cuéntame y su nombre original es "Tu Vuò Fà l'Americano", de Renato Carosone (allá por los años 50). Quizás a alguien le diga más, como a un servidor, la versión de Matt Damon y Jude Law en El Talento de Mr Ripley. Tremenda, todo sea dicho, y mi versión favorita.

Aquí está la trayectoria del Pa Panamericano, del cello al vinilo:

1956



1999



2010


24.8.10

The Shins - Oh, Inverted World


Si te bebieras un cóctel de Byrds, Scott McKenzie, The Mamas & The Papas, Beach Boys y Albert Hammond en un chiringuito de San Francisco mientras charlas con Ken Kesey, de fondo sonarían The Shins.
Un poco atrevida la escena. Psicodélica más bien.
Melodías a dos voces que muchas veces hacen pensar en los giros de los Beatles, bajos que van a su rollo, panderetas, trémolos, xilófonos que aparecen de cuando en cuando, colchones de órganos que trasladan a alguna playa de California a mediados de los 60… Los detalles están cuidadosamente estudiados, hasta el formato de canciones de poco más de 2 minutos.
Los ecos de la voz de James Mercer dibujan melenas, bikinis y bañadores en cualquier mente con un poco de imaginación.
Cómo no, ya son muchos los que les catalogan como indie rock, pero ¿qué no es hoy en día indie rock? Los Shins son frescos y sobretodo originales. Calmados y con buen gusto, de escucharlos mientras cae el sol. Lejos de querer ser unos Beach Boys del siglo XXI, tienen un pop que muchos quisieran.

Desde el primer tema hasta "New Slang", "Girl Inform Me" o la paranoica "Your Algebra" no pierden esa esencia surfera llena de ecos y espuma.
Aquí dejo uno de mis temas favoritos del disco, "Weird Divide", quizás de los más tranquilos pero también un vaivén que termina en esa sensación de querer escuchar más. Si te pasa, puedes descargarte su disco Oh, Inverted World (2001).


23.8.10

Adiós, pequeños, adiós


Esta tarde nos llaman desde una centralita (+54…) a un número que ya no es de Movistar, sino de más Móvil, ofreciendo otra línea más de internet e insistiendo que ese número es de un cliente de Movistar. ¿Pero hay algún particular que tenga hasta 2 o 3 líneas distintas de internet en casa y con la misma compañía? Y no sólo eso, ¡sino que llamen expresamente para ofrecer otra línea más!

Manejan bases de datos tan ingentes que ya ni saben quiénes son sus clientes. Los peligros de tener un control tan gigantesco en telefonía, algo parecido a Google con internet.
Es realmente triste lo de Movistar. Te llaman a cualquier hora, tienes que amenazarles con portabilidades a otras compañías para que te ofrezcan algo razonable… ¡Hemos llegado al regateo, como si quisiéramos comprarnos una chilaba en un bazar de Marrakech! Y no son pocas las veces que te prometen un terminal, promesa que desaparece en cuanto se termina la llamada.
"No prometas cosas que no puedas cumplir", una regla que tenemos bien plasmada en The Phone House en el fondo de escritorio pero que no todas las empresas parecen seguir.

El adjetivo de empresa más odiada de España está bien fraguado.
Me quedan exactamente 2 semanas en Movistar, hasta que me vaya Suiza y vuelva el año que viene, por supuesto, a otra compañía. Llevo desde los 14 años, desde que me compraron aquel adorable Nokia 3310 y 7 años después esto se termina.
Pero ya se ocuparán de despedirme. Cuando te vas se encargan de mandarte una postal donde reza un "En Movistar te estaremos esperando con los brazos abiertos".
Como yo, cientos de miles de personas en España que se van repartiendo más y más entre el resto de compañías que comienzan a surgir, con tarifas muy competitivas como Yoigo, Pepephone o Más Móvil.

Se han equivocado en internet, se han hecho con la empresa más querida por los jóvenes–tiempo al tiempo, como asomen un poco la dichosa mano de Movistar en Tuenti, más de uno se pasa a Facebook que cada vez empuja con más fuerza en nuestro país– y lo más importante y trágico, llevan cabreando durante años a millones de españoles.

¿Y qué hay peor para una empresa que perder la credibilidad y la confianza?

18.8.10

Series de cine


Desde que empecé no he parado. Californication, Mad Men, Death Note, The Pacific, Breaking Bad y en estos momentos con The Office y la segunda temporada de Dexter. Cada una con sus defectos y virtudes, algunas más de actor que de trama, unas en las que el director va mudando...
Pero todas tienen algo en común y es que alargan el placer. Me explico. Hay series como pueden ser How I Met Your Mother, Big Bang Theory y me atrevería a decir también Californication, de formato distinto en la que la historia no acapara tanta atención como los 20 minutos de situaciones, gadgets y personajes que abrazan la comercialidad, el marketing hecho serie; sin querer, ni mucho menos, quitarle valor a la interpretación de Barney.
Pero es un formato más sencillo, capituletes que puedes ver sueltos, Padres de Familia o Simpsons pasados a carne y hueso. Ya me entiendes, unas sonrisas.

Ahora es cuando vuelvo a las primeras. Alargan el placer de la película y los cabos deben de estar bien cogidos. Algo se oye de que Hollywood se traslada a la pequeña pantalla. Y lo veo completamente lógico. La cartelera se queda sin ideas, llegan remakes por todas partes: superhéroes, adaptaciones de series de los 70 y 80, segundas y terceras partes que no hacen sino estirar y emborronar sagas... estoy esperando a ver a Cory Matthews en la película de Yo y el Mundo y Los Vigilantes de la Playa (con Pamela y David corriendo hacia la cámara, por supuesto, mirándonos conscientes de que su nombre aparece en pantalla).
Y es que historias tan acojonantes, porque ésa es la palabra, como la de Breaking Bad o tan laureadas como las de Lost y The Wire no caben en 120 minutos y menos en 90.
Hay que reconocer también que los yanquis no son los únicos en hacer buenas series (véase Death Note) y que siempre han sido amantes del te pillo prestado, con Inglaterra y su BBC en el punto de mira. Un poco vaguetes a veces estos americanos.

Me encanta el cine y disfruto con cada película como el que más, pero reconozco que estoy enganchado a este nuevo cine. Puede que no tan variado ya que tiene menos recorrido pero sí más intenso y más complejo, evidentemente. Pasamos más tiempo con los personajes y acaban convirtiéndose en auténticos referentes, llegan aún más a nosotros, terminamos identificándonos más con ellos. En consecuencia, el trabajo es más arduo para estos guionistas que para los del cine, ya que tienen que mimar la psicología del personaje al detalle.

Me quedan tantas por ver: The Wire, Los Soprano, Chuck, Weeds, A dos metros bajo tierra, The Company, Heroes... y otras de ayer como Cheers (aunque sólo sea por el genial Woody Harrelson) o la mítica Seinfeld, que únicamente espero no decaigan las buenas historias y los guionistas se lo sigan tomando tan en serio como hasta las que ahora he visto.
Paso a paso, disfrutando de cada una de ellas.

17.8.10

Fue Informe

En cada casa se siguen las noticias de una cadena en particular y en mi casa toca TVE. Lo sé, yo también odio cuando empiezan a echarse flores porque han sido la cadena con más share de toda España. Condecoraciones que siempre le toca poner al de los deportes, por cierto.
Pero no son las noticias las que ocupan esta entrada. Es justo después de estas, un ritual que se repite desde el 1 de agosto. Diez minutos centrados en un tema, una suerte de mini-documental que desgrana temas de actualidad o de interés general. Hablan desde neuropolítica y de los asesores de los políticos de medio mundo hasta las oportunidades empresariales de Sillicon Valley.
Me parece un acierto cómo han rellenado, esta vez, los vacíos que ha dejado la publicidad en TVE, a pesar de tirar a veces de antiguos Informes Semanales.

Pocas veces me convence la programación de TVE, pero esta vez me hacen alargar el yogurt del postre. Está rodado con buen gusto y con una música muy acertada, todo hay que decirlo. Pretenden y consiguen que parezca un reportaje del otro lado del charco.

Y aprovechando que se trata de Informe Semanal, qué sopresa me he llevado al escuchar la canción con la que abría el programa durante los 70: el final de Another Men's Woman de Supertramp:


El talento de Mr Facebook


Curiosidades humanas. Otra vez. Y ya van cientos de millones.

Además de ser, los españoles, de las pocas personas en el mundo que tenemos como mínimo dos perfiles en redes sociales no paro de sorprenderme con lo sinceros que somos en Facebook.
¿No te parece curioso que en el gigante azul todos tengamos nuestro nombre más correctamente puesto que en Tuenti? Por supuesto mucha gente lo tiene completo y sin motes en ambas, pero qué listos somos cuando sabemos que en CaraLibro somos mucho más vulnerables que en Tuenti, que no tiene perfil público. El nombre puede parecer algo insignificante, pero es lo primero que se ve junto a nuestra foto de perfil, que ni que decir tiene aparece mucho menos desaliñada en Facebook. ¿Podría ser también porque tenemos contacto con el mundo exterior, con personas de otros países?
Esas historias de que las empresas rastrean tu perfil en Facebook han hecho verdadera mella en nosotros. En Tuenti quedan las borracheras, las caras de Johnny Walker, los calvos en la calle, las chustas y cogollos. La ciudad sin ley, vaya.

Dejamos bonito lo que se ve a la vista, lo rastreable, lo que se puede volver contra nosotros pero que aún así compartimos; unos con más cuidado y otros más descerebrados.

11.8.10

Alegría, Satisfacción, Contento


Ayer leí un reportaje en El País sobre la felicidad. Un texto realmente bueno, realmente esperanzador para quien no encuentre la suya o dude de su existencia.
Datos, experiencias y creencias son lo único a lo que nos aferramos para entender algo. Pero bien cierto es que no vale de nada entenderlo si no lo vives. Ser feliz, sí, se puede entender, la felicidad puede estar reflejada en caras y bocas, escrita o en una bobina de película de Super 8. Pero no basta con creerse que esta ahí, hay que pasar por ella.
Hay una frase en el reportaje que dice que "La felicidad no es una meta a conseguir, sino un camino a recorrer". Esto explica aquello de que no existe en el presente, que es efímera, que sólo se encuentra en los recuerdos del pasado, en nuestros planes del futuro y en nuestros sueños.

No me extiendo mucho más, ya que el verdadero protagonista, a parte de la felicidad misma por supuesto, son estas ilusionantes líneas sobre Ella.

No hay mayor experiencia de felicidad que la que podemos sentir cada uno cuando fluimos con el momento tal y como es.