19.9.11

Volviendo a tocar los cojones

Tras un increíble año en Suiza, ha llegado la hora de volver a Madrid. De terminar con lo que empezamos y de seguir hablando de lo que se me pasa por la cabeza o delante de mis ojos.
Una de los puntos fuertes de salir al extranjero es que ves cómo pinta tu país desde lejos, cómo es percibido por ojos ajenos y foráneos y finalmente cómo uno lo acaba percibiendo. Por ello, y ahora que me creo capaz de compararlo, intentaré retomar Enredado desde un punto de vista más crítico en este sentido. No es mi intención la de despotricar contra España o la de intentar compararla con Suiza–una comparación la mar de jodida, todo sea dicho– sino de intentar identificar lo que para mí son debilidades y tratar de proponer soluciones. A cualquier nivel. Consciente soy ya de que caerán en saco roto pero me conformo con obtener comentarios y algo de feedback de los que lean estas líneas.
Y empezaré con lo primero con lo que me he reencontrado: el abono joven de transportes.


No es que no me acordara que "entre 10 y 15 días" puedo ir a recoger mi abono Joven al estanco, es que me parece sencillamente, una estupidez. No sólo estás esperando una fecha que lejos queda de ser exacta, sino que no se nos proporciona ningún tipo de abono provisional para la espera.
¿Cuánto valen 15 días de transporte en Madrid? Pondré mi ejemplo. El tren de todos los días de la semana hacia Las Margaritas, ida y vuelta tiene un precio por trayecto de1,50€; luego 3 x 5 = 15€ por semana para ir a la universidad. A lo que hay que sumar fines de semana, pongámosle una media de 4 viajes en metro y otros 4 en autobús: 1,50 x 8 = 12€. En total, 27€ en 7 días. Pero no nos alarmemos ya que el abono estará disponible "entre 10 y 15 días". Se dobla casi el precio del abono transporte mientras lo esperamos.
Pero aún hay más. Te piden que seas previsor y que te lo hagas con estas dos semanas de antelación para, una vez en mano, comprar el billete del mes que entra. ¿Y si no te queda más remedio que hacértelo a principios de mes? ¿Hay que adquirir un billete para medio mes, con el mismo valor que el del mes entero, sumándole además los gastos de espera?
No es cabreo, es rabia de que esté tan mal programado. Y para más inri estamos hablando del abono transporte para jóvenes, esos Warren Buffet de la sociedad española.
Tenemos los únicos autobuses interurbanos del mundo dotados con WiFi pero seguimos estando obligados a entrar por la única puerta de las 3 que se abren, la puerta del conductor. Para pagarle.
Otras más: bancos que nos consideran jóvenes hasta los 30, carnés que nos consideran jóvenes hasta los 26 y abonos de transporte que nos quieren cortar las alas con tan sólo 23 años. ¿Quién decide todo esto?

Me da igual si no puedes compartir en Facebook que acabas de subirte en el metro del intercambiador de Moncloa, pero vivimos en una sociedad suficientemente informatizada como para poder proveer a los ciudadanos, ya no sólo madrileños sino españoles, de tarjetas electrónicas–al más puro estilo Oyster Card si se quiere– que no ocupen más sitio que en nuestra cartera y que puedan programarse para los días que queramos o podamos utilizar el transporte público. Ganamos en eficiencia (buses que paran menos tiempo para pagar al conductor) y en comodidad.

1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con tus argumentos,y creo que no solo deben modernizar la forma de entrar en el metro, como están haciendo ahora, sino imitar muchos paises de europa que poseen sistemas de gran eficiencia en toda la red transportes.
    Pero no solo en el campo del transporte público, sino también en las estaciones de ski en España como Baqueira, los sistemas de forfaits están a años luz de los de, por ejemplo, Suiza.
    Por lo tanto España debe invertir para adaptarse y convivir con las nuevas tecnologías con el fin de no quedarse obsoleto.

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